Crónica sentimental

Ay, amor que se fue y no vino F. G. Lorca El aire corría lento por las orillas del cielo. Al fondo de la vallonada del Sierpes la alameda desaparecía entre las brumas del río. — De los álamos vengo, madre, de ver cómo los menea el viento. ¿Te acuerdas de este  viejo villancico que tantas veces…

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Fez, o la melancolía absoluta

Juan Mantús, el chamán mejicano que dio a conocer el antropólogo y novelista Carlos Castaneda, ahora hace casi cuarenta años, decía que “el mundo es un lugar misterioso, especialmente al atardecer”. Como tantas otras frases, esta ha resonado en mi cerebro durante años y jamás había sido capaz de identificar el mensaje profundamente poético y…

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La fealdad como patrimonio

Guerra al pasado Los españoles son implacables. Todo lo antiguo que puedan destruir, lo destruyen. La belleza preexistente resiste a duras penas entre una fealdad circundante que da pavor.  En el amplio estero que forma el río Miñor a la altura de Cambados pervive un puente romano/románico de una belleza conmovedora. Solo sirve a peatones…

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Perros lejanos

Esos perros lejanos, de Manuel Janeiro Uno no es crítico literario, ni siquiera comentarista de ocasión, solo lector aficionado, pero hay veces que los libros se nos incrustan en el alma de forma despiadada, de la misma forma que seguramente el autor lo ha escrito, y no tenemos más remedio que hacer un comentario al amigo…

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Perseidas


En esta épica del no hacer nada, uno siempre triunfa.

¡Cómo me gusta ver las noticias para odiar la tierra! ¡Cómo me gusta ver la tierra para odiar las noticias! Y eso que algunas son buenas. Este verano hemos aprendido que camadas de jabalíes comparten playa con veraneantes y disfrutan de sus tarteras repletas de filetes rusos y ensaladas de aguacate.

Y hemos sabido que para 2030 tendremos de nuevo mamuts hollando los fríos suelos de Siberia, si es que para entonces se conserva algo de tierra helada.

Hemos visto pasar las Perseidas asombrando el cielo con su raudo centelleo. Y hemos aprendido también que los biólogos han sido capaces de reconstruir bóvidos, que creíamos definitivamente extintos, en las proximidades de Atapuerca, en la remota y vaciada provincia de Burgos, junto a los huesos molidos de nuestros ancestros.

Todo son buenas noticias aunque la tierra arda o naufrague.

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De Ribera del Duero a Borgoña


A la memoria de mi buen amigo Santiago Rosado, fallecido el jueves santo de 2023, amante del buen vino y de sus buenas costumbres

No es el tiempo el que hace el vino. Contrariamente a lo que piensan los viticultores de hoy, es el vino el que ha creado el tiempo.

Hubo un tiempo antes del vino. Fue un tiempo en el que Dios quiso castigar a la Humanidad por sus pecados y eligió a un hombre y su familia para que pusiera a salvo una tierra que se había vuelto hostil y lujuriosa.

Noé celebró su victoria contra el castigo divino como mejor se le ocurrió: emborrachándose. El motivo bíblico ha sido retomado en numerosas ocasiones por la pintura clásica. Es entrañable ver en tantas imágenes cómo las hijas celebran la ebriedad del padre. Después del Diluvio Noé inauguró el tiempo del vino y desterró para siempre la idea de una humanidad sin la alegría de beber y de vivir

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Guerra interior

Ludmila Pavlichenko


Nuestra generación nació en una cómoda paz provocada por el horror de dos guerras mundiales seguidas a las que se unía el dolor inaudito de la guerra civil española, en la que nuestros padres y abuelos habían decidido machacarse por cosas que aún muchos no comprendemos, aunque sepamos, a ciencia cierta, que la desigualdad social y económica está en la base de toda indignación, revuelta o revolución. …

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Desventura

Jonah and the Whale (1621) de Pieter Lastman

Toda la ciudad está infectada por un profundo ataque de melancolía. Quizá sea que el estado de fiesta permanente que vivimos en el jardín de Occidente frente a las junglas asiáticas y africanas (palabras recientes del míster Borrell), no baste para colmar ese espacio de paz interior que todo ser humano necesita. Ese sueño de felicidad, entre tranquila y explosiva, que da sentido a nuestras emociones más íntimas.

De momento nos hemos librado, por lo menos durante 364 días, de Halloween. Ya tiene delito que para divertirnos tengamos que disfrazarnos de muertos. No sé de dónde viene esta estupidez de haber camuflado a los muertos, del respeto y devoción por nuestros seres queridos que se han adentrado en el más allá antes que nosotros, hasta convertirla en una fiesta de disfraces terroríficos, chuches y calabazas.

Una fiesta sagrada, cuyos orígenes se remontan a lo más remoto de la historia de la humanidad, una celebración nacida para consagrar el recuerdo de los nuestros y para indagar en el insoldable misterio de la muerte, convertida en una pieza más de la angustiosa rueda del consumo gratuito y superfluo.

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Lenin

Una mirada carbónica y un mucho de dignidad: había muerto sin que le mataran. Todo un éxito en aquellos tiempos convulsos.

Salimos a cenar. Se sorprendió de que no hiciera el frío infernal de Siberia a donde había él mismo enviado a varios contertulios.

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Hogar imaginario

En una tarde quieta de antaño me vi sorprendido por los recuerdos. Yo era tan pequeño que es difícil imaginar que un ser minúsculo, que apenas empezaba a saborear la vida, fuese capaz de tener recuerdos. Así que el recuerdo quizá es de hoy, haciéndose uno a la idea de sí mismo en tan lejana presencia.

Mi abuela cocinaba, en su isla de carbón y placas de hierro frío, un puchero de esos simples y felices con los que se acomodaba toda la familia en torno a una mesa en la que jamás se oyó una queja.

Ahora que todo ha cambiado tanto y cuando nadie echará de menos el hogar de carbón, acabo de entender cuán positiva e inútilmente ha mejorado nuestra vida. La abuela, a quien nadie prestaba atención, excepto el minúsculo infante que yo era, en realidad ejercía de cuarto de máquinas, gracias al cual vivían sin agobio cotidiano las seis u ocho personas que conformábamos el núcleo familiar.

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Hojas de luz


Amo la actualidad de los recuerdos y detesto la burda incertidumbre del presente. Amo con infinita fidelidad el proyecto, tantas veces revisado, de nuestros sueños. Aborrezco la torva nadería de su concreción. Detrás del caballero audaz que no conocía límites a su audacia se ha aposentado un tímido burgués al que todo disgusta y deja insatisfecho. Por eso la audacia de los recuerdos nos hace culpables.

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Los ángeles en guerra


Hoy ya no duermen los ángeles tan aseados como de costumbre. Han pasado toda la jornada combatiendo oleadas de réprobos y el cielo está inquieto. El cielo ha visto sus puertas zarandeadas que por milagro no han sido abatidas. Es evidente que las fuerzas del mal cada vez se organizan mejor y para combatirlas de verdad no es suficiente con creer que se goza de un orden moral superior. A la fuerza se le combate con la fuerza. A la violencia con una violencia superior.

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Los beneficios de la guerra

Tamerlán

Hoy me he desayunado sin churros. Había una cierta desolación entre la clientela –trabajadores de primera hora- del viejo bar. Tal vez, pensé, ha habido un pequeño desajuste en la cadena de suministros.

Sin protestar, sin inquietarme, me fui directo al maestro churrero, el mejor de Madrid, que trabaja desde 1965 a menos de cien metros de mi casa. Así serán recién hechos y calentitos, volví a pensar.

Un cartelón de letra desmañada presidía la puerta: Por razones ajenas a nuestra voluntad no disponemos de churros ni porras hasta nuevo aviso.

Me pareció rara la frialdad del anuncio, la falta de empatía con la causa primera que podría estar motivando tal situación. A pesar de todo entré y pregunté. “¿Pero es que usted no ve la tele? Todo el aceite y la harina la traemos de Ucrania, y ahora de Ucrania solo salen las ratas”.

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La subasta del Imperio

JULIA DOMMA

Quizá no muchos recuerden que, en el año del Señor del 193, la guardia pretoriana de Roma asesinó al emperador Pértinax antes de cumplir tres meses en el cargo. Todo esto tras el asesinato de su infame predecesor, Cómodo, hijo del emperador filósofo Marco Aurelio. Posiblemente sí muchos recuerden la actuación de Joachim Phoenix interpretando a Cómodo frente a un imaginario general encarnado por Rusell Crow en la película “Gladiator” (2000) de Ridley Scott. Pero esto no es más que una peli, con su fantasía y su carga de acción, emoción y pasión. Según narra Herodiano (¿180-238? De origen incierto) entre otros, el hijo de Marco Aurelio, Cómodo, murió estrangulado por un atleta bajo la atenta mirada de Leto, jefe de la guardia pretoriana, precisamente el encargado de proteger al augusto emperador. Esto del jefe del pretorio quien lo cuenta también es Santiago Posteguillo en su novela “Yo, Julia”.

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Odessa

Nathan Altman. Retrato de Anna Ajmátova. 1915


Ya lo dicen los meteorólogos: la lluvia es contagiosa. Allí donde llueve un poco puede acabar lloviendo mucho.

Con la ignorancia pasa lo mismo: allí donde se sabe poco puede suceder que se acabe no sabiendo nada. Ignorándolo todo. Yo, por eso, con la pretendida guerra de Ucrania, me he puesto a cubierto. Volví a mi vieja pasión cartográfica y desplegué por el suelo del despacho cuantos mapas hallé en los arcanos de la biblioteca familiar. Pequeña cuestión sin importancia: todos eran de época soviética, por lo cual, deslindar con precisión el territorio se convertía en una ardua tarea precognitiva. Así que decidí encomendarme a los sabios.

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El futuro es ya historia

De eso trata la ciencia ficción que fue la primera llama de mi primera juventud. Siempre quise ser otra persona. Pero la vagancia y la cobardía me echaron el ancla. Cobardía y vagancia son dos buenas aliadas para convertir a uno en el miserable que ha llegado a ser con el paso del tiempo, aunque…

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El mundo roto

TONDAL’S VISION – HIERONYMUS BOSCH

Palabras desde septiembre

Ningún otro afán más que resistir entre las sombras del crepúsculo.

Los tiempos andan muy sobrados de melancolía.

Reyertas políticas en el patio de Monipodio.

Sobreactuamos por encima de las ruinas de un hartazgo infinito. El hartazgo de lo político.

Por eso, por tanta felicidad acumulada, declaré ilegales todos mis recuerdos.

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O botellón o laboratorio

Escribo desde un estado de rabia y furor que desconocía tuviera en mí, pero los últimos datos me alarman hasta extremos insospechados.

Parto de una premisa que previsiblemente nadie compartirá. La premisa es lo siguiente: el niño que a los cuatro o cinco años no ayuda a recoger la mesa familiar donde ha comido, a los veinticinco no se sabrá hacer un huevo frito ni calentar una pizza en el horno. Es decir, será una unidad de producción cero cuando se necesita la aportación de todos y cada uno de los miembros de la comunidad familiar para llevar una vida decente. Ya se sabe que en todas las culturas del mundo la célula familiar, que cada civilización la ha interpretado a su manera, era la base económica del sustento y desarrollo social.

Bien. Solo en un fin de semana cualquiera, en Madrid, una ciudad como otra cualquiera, la policía ha desactivado 240 fiestas ilegales en pisos y locales en plena pandemia. Las fiestas están, mayoritariamente compuestas por jóvenes a los que parece que la pandemia no les asusta. Seguramente a los cinco años no ayudaron a recoger la mesa familiar. Esto es lo que se les reprocha a los jóvenes, con mayor o menor acritud, desde distintas instancias sociales.

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La hoguera perpetua

olo alguien que no tiene ni siquiera el consuelo de la esperanza se revuelve y destruye el primer objeto que se encuentra, ya sea mobiliario urbano, motocicleta del vecino, escaparate del pequeño comercio o incluso la vida del agente policial. Cabe preguntarse si haría lo mismo si se tratase de su hogar familiar, por modesto que fuese, o de la cueva insalubre que comparte con colegas tan desclasados como él en la que atesoran sus sueños de anarquía y libertad.

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La sombra de Caín

Caino uccide Abele, di Tiziano Vecellio

Cuando, tras una trivial disputa familiar, Caín se dejó matar por Abel, fingió estar muerto.
La desmesura de su odio por aquella afrenta le llevó a devolver el golpe. Pero esta vez con eficacia cinematográfica.

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La venganza del cielo

Un cielo coronado de incertidumbre ha dejado caer sobre esta ciudad indómita y despreocupada una nieve tenaz y persistente (pertinaz, dirían los nostálgicos) que ha hecho desaparecer, o desfigurar hasta extremos desconocidos, la propia fisonomía urbana ante la atónita mirada de sus habitantes. La ciudad, tal como la conocían ha desaparecido literalmente ante sus ojos.

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Caldereta extremeña

Esto no es una receta de cocina. Aquí se trata de atender con entusiasmo y dedicación una de las necesidades básicas del hombre: comer. Y los hombres, desde que aprendieron a cocinar, han sido mucho más felices. O eso parece. Porque hay un hecho mágico en torno a la comida y bebida: también se habla. Las bestias también comen, pero lo suelen hacer en silencio. Nosotros no, hablamos, incluso con la boca llena.

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La luna duerme sola

A veces, la verde y sangrienta luna nos devuelve a la melancolía criminal de las calles vacías por las que antes circularon gentes que un día incluso llegamos a amar, o nos devolvieron un gesto de agradecimiento al cederles el paso o desearles un verano feliz de mares abiertos y soles perpetuos.

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La luna se escribe despacio

Hace aún frío en esta mañana de junio en Madrid. Hay un temor de auxilio y distancia, una respetuosa prudencia discreta a pesar del ruido de sables que manejan los políticos, gente ominosa y prescindible. La sombra de la sospecha se alargará durante meses. Tal vez nunca desaparezca. Es como el sida pero con la cruel realidad de sin relaciones. ¡Qué devastación gratuita contra el amor libre y qué aniquilación contra el de pago! ¡Qué ingenua soberbia la de creer que somos inmortales mientras duran las caricias! Millones de besos perdidos. Millones de abrazos que ya no tendrán lugar.

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Ladrar en tiempos de silencio

Ahora que nos ha tocado una guerra imprevista en esta Europa del bienestar que desde hace 70 años no conoce guerras (porque todos habremos convenientemente olvidado Yugoslavia), ahora que el francotirador apostado en la terraza de enfrente es un gusano invisible e irreductible ante las fuerzas del orden, ahora que se necesita más valor ante lo desconocido por mucho que artistas visionarios nos lo hubiesen anunciado desde la ciencia ficción, ahora que necesitamos consignas de comportamiento social firmes e inquebrantables, ahora que todo eso y mucho más nos espera como a niños consentidos, salen los perros a ladrar a la luna buscando responsables de una irresponsabilidad que nos concierne a todos.

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Aute, in memoriam

La canción de autor española e hispanoamericana es una página irrenunciable de nuestra cultura a la que hasta ahora no le han prestado la debida atención ni los poderes públicos, ni las instituciones, ni, excepto honrosas excepciones, los investigadores privados.

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Dies Irae


Acaba de morir Penderecki. Parece que no de covid-19. Krzysztof Penderecki, Debica 1933, Cracovia 29.3.2020, premio Príncipe de Asturias 2001.

Con su música espectral y cautivadora se opuso al mundo, y el mundo, como hace con todos, se lo ha cobrado.

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Exilio interior


Este exilio de hoy, que me pilla escindido, en casa ajena aunque muy confortable, fuera de los territorios siempre propicios que marcan la biblioteca y el despacho, me lleva necesariamente a otro exilio interior que ya había vivido, y que por ese premura del futuro inmediato, había casi olvidado.

Corría el año de gracia de 1991. Argelia se preparaba para sus primeras elecciones «libres» a las que concurrían una panoplia de partidos que «a priori» ya se sabía que no tenían nada que hacer, pero que daban una apariencia de modernidad al país por la que venían abogando, desde los trágicos días de 1984, un buen puñado de mentes preclaras dentro del tablero político…

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Soberbia y caos

«…es tal el estado de cosas que en estos días hemos visto la mar por el cielo»

Conde-duque de Olivares

Rara vez me someto a la actualidad en estas Crónicas sin tiempo, pero en esta ocasión la realidad es tan surreal que no me puedo apartar de ella.

No sabía yo que el amigo murciélago estuviera detrás de todo esto.

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La insoportable tiranía de la belleza

Somos capaces de perder la razón por una cosa bella. Su tiranía es implacable. A thing of beauty is a joy for ever, que nos dejó dicho Jonh Keats. Da igual que se trate de un fragmento de ópera que de un perfil de la costa amalfitana: …a joy for ever.

Pero, ¿y si la belleza fuese el principio del mal? Por ejemplo, un volcán en erupción.

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Menorca, la frontera total

Creo que era el año 1967 cuando conocí Menorca. No porque hubiera viajado allí, sino porque viajé en los libros, que era una forma de moverse muy económica y fantasiosa.

Estudiábamos estas cosas en los libros del franquismo terminal. El Angulo y el Azcárate eran nuestras modestas guías sobre aquellas culturas milenarias y desaparecidas, como el reclamo de otro tiempo, un tiempo extremo por antiguo. En ese nosotros que ahora no sé identificar muy bien, había una pasión recóndita y no declarada por lo extremo: el pico más alto, la sima más profunda, el cabo más occidental por donde se ponía el sol, el más oriental por donde nacía…

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Serollebecq

Michel Houellebecq siempre escribe el mismo libro. El mismo implacable libro: sobre él mismo. Pocos autores tienen tan poca piedad sobre sí mismos. El hecho de que casi siempre escriba en primera persona dificulta la idea de poder separar al autor del héroe, o del simple narrador. En cierto modo, su indisimulada egolatría literaria no hace más que alimentar la leyenda de autor maldito, con lo que eso conlleva de pingüe beneficio económico. Autor de vida excéntrica y declaraciones explosivas, ha sabido construir esa imagen de literato rebelde con la que pasará a la Historia de la Literatura europea, occidental, mundial. Porque se puede ser rebelde sin disparar un solo tiro, sin asaltar un parlamento, sin declarar ninguna guerra. Si no, que se lo pregunten a Nietzsche, por ejemplo.

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Lo que queda del ayer


Presentación de la novela de
MANUEL JANEIRO,
Lunes, 28 de enero 2019 a las 19:30H
Casa de Galicia, C/Casado del Alisal, 8 MADRID

Lo único que queda del ayer es una desmesurada melancolía que se convierte en un acertado elixir contra la usura del tiempo y, por ende, en una incierta confianza en el futuro por muy escaso que ya nos parezca. La última obra mínima y magistral de Manuel Janeiro, «Los hijos de la revolución francesa», es eso, un alegato contra la usura del tiempo que provoca en nuestros amigos más queridos una degradación insoportable que los hace cómplices y culpables de su propio fracaso. A tu amigo, asesino de los más horrendos crímenes de lesa humanidad, confeso y convicto, ¿lo ayudarías? Pues claro que sí, porque por encima de la familia, del honor, de la fidelidad, del amor, del compromiso con los valores más consagrados por la sociedad, la amistad se revela como ese vínculo inquebrantable que permite al ser humano serlo de verdad.

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Pero… ¿por qué matan los hombres?

widget los hombres matan

(Este artículo no va acompañado de imágenes en señal de duelo por las víctimas)
Hace poco leí un artículo sobre un informe de Naciones Unidas que me dejó estupefacto. En 2017 los hombres (violencia machista) mataron en el mundo a 87.000 mujeres. ¡87.000! Eso quiere decir que una mujer es asesinada en el mundo a un promedio de seis a la hora aproximadamente. Casi 50 correspondían a España.

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Limpieza o suciedad, ésta es la cuestión

Widget Limpieza

No podía imaginar yo, ni remotamente, que un simple artículo acerca de la limpieza o suciedad de  mi ciudad, casi podría decir sobre cualquier ciudad, diese lugar a una polémica tan agria, entre vecinos, residentes o transeúntes, como la que se ha visto en los comentarios que los interesados han dejado en mi anterior ¡Ay, Carmena, ay, Carmena!

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¡Ay, Carmena, ay, Carmena!

Widget Ay Crmena

Todos los días se habla de lo sucio que está Madrid. Los medios de comunicación recogen a cada paso las quejas de los ciudadanos desde todos los puntos de la ciudad y por los motivos más dispares. Pero los ciudadanos (incluyo turistas y migrantes) deben saber que, si quieren tener una ciudad limpia, lo primero que hay que aprender, y hacer, es a no ensuciarla. Muchas de las quejas sobre suciedad que se reciben tienen su origen en tu vecino que con su boyante negocio de ferretería, por ejemplo, al acabar la jornada deja en la acera los restos de paquetería y embalaje de la mercancía que ha recibido durante el día, en lugar de depositarlo todo en los contenedores dispuestos para recoger los residuos a escasos 50m. Pero, ¡hombre, dirá alguno incluso de forma airada, es que los contenedores están llenos! ¡Bien hecho!, diría yo. Eso quiere decir que la mayoría de los ciudadanos sí cumple con las normas mínimas de limpieza e higiene. Otra cosa es que quizá haya pocos contenedores o que los camiones de recogida tengan que incrementar su frecuencia de paso.

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La ciudad estéril

Widget La ciudad estéril

En el guerracivilismo que se instauró ya hace siglos entre turistas y ciudadanos, éstos tomaron muy pronto el camino de la derrota. No por voluntad propia o por gusto, claro, sino por esas leyes diabólicas y aparentemente inescrutables que trazan con mano de hierro el devenir de la historia, de la gran Historia con mayúscula, y el devenir de esos otros millares de millones de historias en que se encierra y resume la vida de cada uno de nosotros.

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Error y horror: la ortografía

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Aparece una noticia, varios días comentada en los periódicos, referente a un fallo funcional de una parte importante de la ciudadanía española: los profesores de Enseñanza Media o Secundaria, o como diablos se llame ahora, que también incluye a los profesores de Formación Profesional.
La Administración Pública española ha convocado la friolera de 20.000 plazas para convertir a interinos o aspirantes en funcionarios públicos adscritos a perpetuidad al Ministerio de Educación. La noticia, con ser importante, no es ésa. La noticia es que casi el 10% de las plazas, es decir cerca de 2.000 puestos de trabajo, en un país con casi dos millones de parados, han quedado sin cubrir. Y no ha sido posible porque los profesores, interinos y aspirantes, no saben escribir en español. Es la maldita ortografía. Y quizá algo más.

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