Ahora que nos ha tocado una guerra imprevista en esta Europa del bienestar que desde hace 70 años no conoce guerras (porque todos habremos convenientemente olvidado Yugoslavia), ahora que el francotirador apostado en la terraza de enfrente es un gusano invisible e irreductible ante las fuerzas del orden, ahora que se necesita más valor ante lo desconocido por mucho que artistas visionarios nos lo hubiesen anunciado desde la ciencia ficción, ahora que necesitamos consignas de comportamiento social firmes e inquebrantables, ahora que todo eso y mucho más nos espera como a niños consentidos, salen los perros a ladrar a la luna buscando responsables de una irresponsabilidad que nos concierne a todos.
Leer más