La primera vez

Londres, diciembre de 1968, un día viernes. Se levantó más temprano de lo habitual ese día; los nervios de su primera vez sin lugar a duda eran la causa. Quería lucir bien, con el atuendo adecuado; no tan formal, no tan elegante, pero tampoco muy casual. Una vía de medio que la hiciera aparentar quizá más de edad de la que tenía para ese entonces..

Leer más

La sentencia

El camino estaba muy oscuro, prácticamente no podíamos ver nada, pero preferimos no encender ninguna lámpara para despistarlos. Ya el recorrido a nuestro refugio lo podíamos cabalgar a ojos cerrados. Descendíamos lo más rápido que podíamos; los caballos estaban muy cansados, sedientos, con mucha hambre, igual que nosotros. Habíamos perdido la noción de cuánto tiempo llevábamos a este ritmo frenético..

Leer más