En 1981 Marie Louise y yo asistimos al Don Carlo de Giuseppe Verdi en el teatro de la Monnaie en Bruselas, y fue un verdadero flechazo. Nunca habríamos podido imaginar lo que vimos y oímos en este espectáculo.
Ambos somos unos aficionados a la música clásica. Escuchábamos discos que alquilábamos en la discoteca y, a veces, íbamos a veces a conciertos. A mis padres no les gustaba la música, iban a la ópera de Lieja, pero más por el aspecto social que otra cosa. Además lpreferían los óperas ligeras del siglo XIX, bel canto y verismo, un género que a nosotros nos atraía poco.
Pero si te gusta Mozart, y a nosotros nos gustaba muchísimo, no puedes prescindir de escuchar oberturas y arias de sus óperas. Así qué fuimos algunas veces a la Monnaie para ver, se mal no recuerdo, La «flauta mágica» y «Cosí Fan tutte» de Mozart. No había problema para entrar, la sala estaba siempre media vacía y los directores tanto de escena como musical eran prácticamente fijos.
Los periódicos comentaron bastante positivamente la llegada de Gérard Mortier, un flamenco que había trabajado en el famoso Festival de Flandes y como asistente de dos grandes directores alemanes: Rolf Lieberman y Christoph von Dohnányi; en diferentes teatros: Dusseldorf, Hamburgo, Francfort y finalmente en Paris. Así que decidimos ir a ver su primer espectáculo.
Como decía, por primera vez entendimos la potencialidad y el significado de la ópera para Mortier.
Estaba cambiando todo:
- renovó prácticamente la mitad de la orquesta, contrató a instrumentistas de alto nivel, belgas y también extranjeros, que fueron seleccionados mediante concurso.
- eligió, para cada espectáculo, una pareja de directores (musical y de escena) que podían interpretar la obra de un modo innovador y trabajar juntos con los cantantes y los otros componentes del equipo, sin ahorrar su tiempo aunque por este motivo se excluyeran estrellas de la ópera que no aceptaban estas condiciones de trabajo.
- implicó en las representaciones a famosísimos cantantes belgas, como José Van Dam y Jules Bastin que hacía muchos años que no cantaban en su país.
- encargó nuevas óperas a compositores belgas como Philippe Boesmans que, entre otros, realizó una fantástica orquestación de la «Incorronazione di Poppea» de Monteverdi con la utilización de instrumentos modernos.
- quería cuidar todos los aspectos de la organización teatral: el edificio, que reestructuró completamente añadiendo un piso suplementario e implicando a artistas de fama internacional como Sam Francis y Sol Lewitt para enriquecer el teatro con obras contemporáneas; la librería; la taquilla; los programas (verdaderos libros de arte); y sobre todo, instauró los abonos.
Fuimos unos de los primeros abonados, elegimos dos óptimas butacas en el primer piso en el lado izquierdo, por encima del foso de orquesta y muy cerca del escenario. Así es como empezó una fantástica y única experiencia cultural que duró 10 años y dejó su impronta en toda nuestra vida.
Durante estos años y los que siguieron nos convertimos en aficionados a la ópera, fuimos a la Scala, al festival de Salzburgo, de Aix-en-Provence, al festival de Bayreuth, al teatro Real de Madrid, a la Ópera de París, y muchos otros. Obviamente, vimos muchas versiones de la misma obra, pero casi siempre la que más nos gustaba era la de la Monnaie, que es nuestra referencia.
No podemos recordar todas, pero he puesto aquí un carrusel de fotos que he podido encontrar.
Hablaré solamente de las que más nos impresionaron:
La finta giardiniera de Mozart en la extraordinaria dirección de escena de Karl-Ernst Hermann y Ursula Hermann. Introdujeron el dibujo y el grafismo en la escenografía. No solo se escuchaba la música y se seguía la acción teatral, si no también se miraba la escena como un cuadro. Además la primera vez que la estrenaron, lo hicieron en el teatro du Parc, un pequeñito teatro parecido a una bombonera. En el escenario había pequeños árboles y un arroyo y la orquesta era reducida a una pequeña formación. Una verdadera joyita.
Wozzeck de Alban Berg en la dirección de escena de Hans Neugebauer: un choque, un expresionismo exacerbado, pequeñas secuencias que se sucedían con un intervalo negro como en el cine. Descubrimos así la obra del compositor de la «Secesión» vienés que antes nos parecía prácticamente inaudible.
Cosí fan tutte de Mozart, dirección de escena Luc Bondy. Es mi ópera preferida, pero la dirección era la mejor de todas las que había visto antes de la de Haneke que hemos visto recientemente en el teatro Real de Madrid. Fue fantástico, cuando después de la maravillosa obertura, descubrimos Don Alfonso, Ferrando y Guglielmo cantando su famoso trío inicial, sentados en el palco, a nuestro lado, como sí fueran también ellos espectadores de la ópera.
Don Giovanni de Mozart en la dirección de Karl-Ernst Hermann. Esta vez la ópera preferida de Marie Louise, además con el extraordinario José Van Dam (su cantante preferido), en el papel de Don Giovanni. Creo que la foto expresa bien cuanto lo fantástica que era fantástica esta producción.
L’incoronazione di Poppea de Monteverdi, la dirección de escena era de Luc Bondy, estupenda, pero lo más extraordinario era la nueva orquestación escrita por el compositor belga Philippe Boesmans. Utilizó instrumentos modernos y una escritura en parte atonal. El resultado fue espectacular.

La Clemenza di Tito siempre de Mozart, dirección Karl-Ernst Hermann, una obra poco conocida aunque sea la última del compositor austriaco. Mirad al cartel, es estupendo como la puesta en escena, que, entre otros aspectos, es sobre todo una continúa sucesión de imágenes maravillosas.
Capriccio de Strauss con John Cox como director de escena, una escenografía tranquilla, que nos presenta un salón en los años 30, para debatir sobre la prioridad entre música y texto en las operas, y dejar espacio a la maravillosa música de Strauss y a la voz tan buena de Felicilty Lott, matizadas con colores.
Orfeo ed Euridice de Gluck con Karl-Ernst Hermann como director de escena. La representaron durante le reestructuración del teatro en un lugar llamado «Halles de Schaerbeek». Una escenografía especial para adaptarse al lugar. Las butacas estaban puestas en andamiaje con la orquesta debajo. Nuestra posición arriba, era la de los dioses que seguían desde allí, los acontecimientos en la tierra y en el infierno donde el pobre Orfeo intentaba salvar la vida de Euridice.
Parsifal de Wagner. La dirección de Peter Mussbach fue muy criticada, pero a nosotros, nos gustó mucho. Destacaría la extraordinaria interpretación de José Van Dam.

Lucio Silla una ópera de juventud de Mozart magnificada por la extraordinaria dirección de escena de Patrice Chéreau. La representaron también en la Scala, pero no recuerdo si tuvo éxito. Lo que recuerdo muy bien es el decorado particular dibujado por Richard Peduzzi: un inmenso muro que se modificaba durante las escenas. Más tarde, cuando me trasladé a Milán, viendo el Palazzo Mezzanote en Piazza Affari, pensé inmediatamente en el muro de esta escenografía. Era más una obra de teatro que una ópera aunque no se pueda olvidar las arias de cólera que cantaba maravillosamente Ann Murray, contralto.
Podrías seguir hablando de muchas otras óperas que vimos no solo en Bruselas, sino también en Salzburgo y en París. Habíamos empezado con entusiasmo a seguir Gérard Mortier en Madrid. Ya hemos comentado dos espectáculo excepcionales que organizó allí:
Vida y Muerte de Marina Abramovic
Vida y Muerte de Marina Abramovic – documental
Cosí fan tutte en el Teatro Real de Madrid Dirección de escena: Michael Haneke
Lamentablemente esta experiencia madrileña se acabó la semana pasada.
Os dejo que os informéis de este triste acontecimiento leyendo los artículos de El País que os adjunto.
Un ciclón en el Real
El azote del patio de butacas
Mortier: “Si el Gobierno impone a mi sucesor, no esperaré a 2016: me voy”
El Real ficha a Matabosch y destituye, con efecto inmediato, a Mortier
Gerard Mortier: “No me querían aquí, lo sé hace tiempo”
Jean Claude Fonder
Reblogueó esto en jcfonder.
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Gracias, JC, por tu alabanza, tan bien fundada, al genio innovador de Mortier, que me asombró en París y luego, a través de tus apuntes, en el Real madrileño, que ahora se lo pierde, ay.
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Reblogueó esto en ¡¡¡ MÚSICA PARA TODOS !!!.
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