Caminaba por la plaza central y me acerqué a dos carabinieris (policías) para preguntarles cómo llegar a uno de los lugares que tenía en mi lista apuntados para visitar: el paseo de los enamorados. No sólo se limitaron a darme la indicación para llegar al lugar, uno de ellos me contó en segundos la conexión de ese lugar y su vida amorosa:
