Candelaria Romero, la guardiana de los cuentos

¿Para qué sirven los cuentos?  ¿Qué sentido tienen las narraciones?  ¿De dónde viene esta urgencia humana de relatar, de leer, de escuchar historias?

A estas preguntas responde con mágico encanto el espectáculo “Affabulare, il racconto del raccontare”, creado e interpretado por Candelaria Romero, actriz, poeta y dramaturga nacida en Tucumán (Argentina), ciudadana sueca y residente en Italia desde 1992.

“Affabulare” (del latín fábula y en estrecha relación con el verbo hablar) es una obra compuesta por tres historias entorno al relato y al arte de la narración. Un espectáculo original y  sorprendente. Una de las razones, porque no es el público el que se desplaza hasta el teatro sino la mismísima actriz que lleva la función a los hogares. De hecho, la obra está concebida para espacios reducidos: bibliotecas, jardines, el proprio salón de casa. Candelaria Romero, como aquellos  artistas medievales que andaban de plaza en plaza recitando historias, lleva su entramado de palabras de casa en casa.

Es así que el público, habitualmente reducido al anonimato,  se transforma de repente en un acogedor grupo de amigos y conocidos que, sentados en la intimidad de un hogar como lo hacían ya nuestros antepasados entorno al fuego, comparten una velada escuchando la variedad de relatos que Candelaria teje y desteje, con habilidad y calidez, durante casi una hora.

Una experiencia única e intensa. Probar para creer. Semanas atrás lo hicimos. Familiares y amigos reunidos en casa. Quedamos extasiados. El suelo del living poblado de objetos, utilería exigua pero eficaz: libros luminosos, casas plegables de cartón, tubos colorados que a modo de hilos telefónicos incitan a los espectadores a la comunicación.  Y todo acompañado por esa  emoción profunda que solo una  auténtica “cantadora-contadora” sabe evocar a lo largo del viaje narrativo: recuerdos,  vivencias, sensaciones, frases que indican, silencios que orientan, palabras que reconstruyen el agitado pasar de nuestras vidas por la Vida.

Tiene “duende” Candelaria Romero. Me recuerda justamente a aquellas  “cantadoras” que la escritora y psicoanalista Pinkola Estés llamaba “las guardianas de los cuentos.” Quizás porque su pasión por el teatro y la poesía la cultivó desde niña, una herencia transmitida por su padre, el poeta tucumano Mario Romero, y su madre Marisa Villagra, escritora e investigadora de narraciones orales del norte argentino.

En  Estocolmo, donde la familia llega en exilio en 1979, la joven se gradúa en el Gimnasio de Arte Dramática en 1991. Un año después viaja a Italia donde echa nuevas raíces. Desde entonces Candelaria Romero produce y presenta sus obras de teatro civil y de poesía en italiano. Es co-fundadora y miembro del grupo femenino poético-teatral Compagnia delle poete. Desde 2017 conduce el proyecto “Circolo dei narratori”  para la formación de narradores, promovido por el Sistema Bibliotecario de Bergamo y destinado a la educación de la ciudadanía a través de historias que mantengan viva la memoria cultural del territorio y refuercen los lazos entre los ciudadanos.

Obras, proyectos, narraciones que son también antídotos contra el resurgir de antiguos y atávicos miedos, de esa violencia que nos espera agazapada, desde siempre, como los monstruos en los cuentos.

Adriana Langtry