Bañado por las aguas del río Mincio, con sus característicos molinos de agua, su arquitectura, sus fortificaciones, la belleza de sus paisajes y su riqueza histórica emerge este pequeño pueblo medieval: Borghetto, fracción del Comune de Vallegio sul Mincio en la provincia de Verona, en la región del Veneto, Italia.
Su nombre figura en la lista de los diez poblados más bellos del país y uno de los destinos más románticos a visitar. Está a quince kilómetros de Peschiera del Garda y a treinta kilómetros de la ciudad de Verona. Se encuentra en el valle del río Mincio y limita con la región de Lombardía.
Por su ubicación geográfica siempre estuvo considerado un paso importante de tránsito a pie y a caballo y fue escenario de batallas importantes. Durante la etapa Scaligera (período comprendido entre 1260 y 1387, en el que la familia Della Scala o Scaligeri ejerció la señoría en Verona) y Viscontea (período en el que la familia Visconti ejerció el dominio del Ducado de Milán durante la Edad Media y principios del Renacimiento) se erigió como una aldea fortificada, lo cual puede apreciarse en su principales atributos arquitectónicos: el Puente-Presa Visconteo, el Castillo de Scaligero y el Serraglio.
El puente-presa Visconteo fue encargado por Gian Galeazzo Visconti, concretamente en el año 1393, siendo éste Duque de Milán, para garantizar la seguridad y cerrar el acceso en la frontera oriental del ducado hacia la ciudad de Verona y poder hacer las conexiones con los territorios venecianos que recientemente habían sido anexados a sus dominios.
Es único en Europa y uno de los ejemplos más destacados de los logros de la arquitectura militar de finales de la Edad Media. Se dispone a lo largo de 650 metros por 25 metros de ancho; su construcción tardó aproximadamente dos años. También destaca el Castillo de Scaligero, construido en los Siglos XIII y XIV ubicado en la colina desde donde puede apreciarse el Valle del Mincio, y el Serraglio: una muralla de trece kilómetros de largo construida igualmente en los Siglos XIII y XIV. Estas tres joyas arquitectónicas medievales conformaban una de las más grandes fortalezas militares italianas con un total de dieciséis kilómetros de fortificaciones.
Borghetto ha sido testigo de enfrentamientos y guerras: en el siglo XVII fue el escenario del paso de la parte francesa de la Guerra de Sucesión Española; en el Siglo XVIII fue testigo de la batalla en la que Napoleón derrotó a los austriacos y luego, durante el siglo XIX, participó en las guerras del Resurgimiento. Otro de sus atractivos lo constituye el puente San Marcos que atraviesa el río Mincio, construido por los venecianos, que gobernaron desde 1405 hasta 1796. Fue edificado mitad en madera y mitad en piedra con el fin de descomponerse velozmente en caso de peligro. Es el punto ideal desde donde se observa el Puente Visconteo. Cerca del puente en las antiguas paredes destaca la estatua de San Giovanni Nepomuceno, mártir de Bohemia, que según cuenta la tradición es el santo que protege de morir ahogados a los que caen a las aguas del Mincio. Al cruzar el puente se pasa a través de una puerta almenada para llegar al centro del pueblo, donde destaca otro de sus lugares de interés: la Iglesia de San Marco Evangelista: es la reconstrucción neoclásica, en 1759, de la iglesia románica dedicada a Santa María y en la cual se encuentran dos valiosos frescos del siglo XV; está flanqueada por un campanario que data de 1381, siendo uno de los más antiguos de la provincia de Verona. Es característico de Borghetto sus estrechas calles donde se puede observar los antiguos molinos que fueron reestructurados para convertirse en hostales, cafés, restaurantes y donde pueden observarse las ruedas de los molinos bien mantenidas que siglos atrás dieron vida a la economía del lugar. Es uno de los principales destinos turísticos del Veneto, y considerado como los más románticos por sus paisajes, su quietud, sus bellos atardeceres. Conocido por su principal especialidad gastronómica: los tortellinis llamados “Nudos de Amor” en recuerdo a la leyenda de finales del Siglo XIV entre los amantes Malco y Silvia que sellaron su compromiso de amor con un nudo en un pañuelo de seda. Según la leyenda a finales del Siglo XIV, una noche el Duque Giangaleazzo Visconti se apostó con sus tropas en el Puente; uno de los guardias narró la leyenda que de noche salían hermosas ninfas que por una maldición habían sido convertidas en brujas. Durante la noche las ninfas-brujas salieron a danzar entre los soldados dormidos, y Malco, el capitán de guardia del Duque, se levantó a perseguir a una de ellas, la bruja perdió su manto y se reveló ante sus ojos una hermosa ninfa llamada Silvia. Se enamoraron y juraron amor eterno. En señal del compromiso Silva regaló a su amado un pañuelo dorado con un nudo. La noche siguiente durante los festejos Isabella, una dama noble enamorada de Malco acusó a Silvia de bruja. Malco permitió que la ninfa escapara y fue encarcelado. Silvia le propuso escapar a través de las aguas del río Mincio y así lo hicieron, fueron perseguidos por los guardias de Visconti y lo único que encontraron en las aguas del río Mincio fue el pañuelo anudado en señal de sellar su amor y así nació los tortellinis “Nudo de Amor”. Es una pasta al huevo, rellena de carne de res, cerdo o pollo, mezclada con cebolla, zanahoria, apio España o celery y romero, vino Bardolino, pan rallado y queso parmesano y se acompaña con mantequilla y salvia. También destacan como platos secundarios de la gastronomía del lugar la trucha y la Anguila. Borghetto tiene en su haber un récord Guiness por el evento denominado “El Juego del Nudo del Amor” con una mesa a lo largo del Puente Visconteo donde se sirvieron tortellinis a más de cuatro mil comensales. En honor a esto todos los tercer martes de junio se realiza esta actividad. También ha sido motivo de inspiración cinematográfica, ya que fue escenario a mediados del siglo XX de alguna de las escenas del film italiano Senso, de Luchino Visconti.
Es un destino atractivo para los amantes del ciclismo pues se puede llegar a él por el sendero o la ruta para ciclistas que bordea todo el río Mincio desde Peschiera del Garda, de unos quince kilómetros aproximadamente.
Borghetto es un pueblo característico medieval italiano, para visitar en plan romántico, familiar o para quienes aman las rutas ciclísticas, se recorre en breve tiempo y por su belleza es un pequeño tesoro de la región ampliamente recomendable para visitar.
Narsa A. Silva Villanueva (Caracas, Venezuela 1972)
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