
La dársena milanesa se halla situada al final de la plaza XXIV Maggio, en el barrio de Porta Ticinese : recoge las aguas del Naviglio Grande, procedentes del Ticino, y las cede al Naviglio Pavese, que, a su vez las devuelve al Ticino en la ciudad de Pavia, tras un recorrido de 33 kilómetros. A orillas del estanque se divisan vestigios de las desmanteladas murallas españolas. Dársena y Naviglio Pavese se deben a la inventiva de un arquitecto, escenógrafo, pintor e ingeniero milanés, Giuseppe Meda (1534-1599), quien trabajó sobre todo en rehabilitaciones de iglesias y palacios ciudadanos (S.Simpliciano, Juriconsultos) y redactó también un proyecto de grandes esclusas para completar la navigabilidad del Río Adda. Meda murió sin ver realizadas sus obras idráulicas ; sin embargo, en el caso del Naviglio Pavese, fue un Gobernador español con talla de verdadero estadista, Pedro Enríquez de Acevedo, conde de Fuentes, quien se dio cuenta de la importancia de su proyecto y tuvo la intuición de patrocinarlo. En realidad, antes de ser nombrado Gobernador en 1600, el “Fuentes”, así llamado, había vivido en Milán a partir de 1585, siendo capitán de la caballería al mando del entonces Castellano español, Sancho Guevara Padilla ; en este mismo año el Fuentes fue testigo de las catastróficas inundaciones que aislaron la ciudad. Nombrado sucesivamente Capitán General , combatió en 1589 en Portugal, defendiendo Lisboa contra los ataques de los corsarios ingleses y de los rebeldes portugueses capitaneados respectivamente por Francis Drake y Prior de Crato. En 1595, al mando de los Tercios de Flandes , obtuvo unas brillantes victorias contra las huestes holandesas y francesas (batallas de Dourlens y Cambrai). De vuelta a Milán en 1600, como Gobernador, bajo su administración se empezaron las obras del nuevo Naviglio, que tenía que ser uno de los mayores canales de Italia ; no obstante, a la muerte del Fuentes (1610) el proyecto se vio paralizado, quedando las obras interrumpidas en el lugar que todavía se llama Conca fallata. Restos de un monumento erigido en honor de este Gobernador sobre el puente del Naviglio Pavese, se hallan hoy en el Museo de Arte Antiguo del Castello Sforzesco. Las obras quedaron paradas hasta la época napoleónica, pero la definitiva apertura del canal tuvo lugar en 1816, bajo la dominación austriaca : fue el acto final del un camino que había sido trazado por el ingenio de Giuseppe Meda y la mano firme del Fuentes.
En su novela picaresca “Marcos de Obregón”, Vicente Espinel (1550-1624), así describe los canales milaneses, a comienzos del siglo XVII:
“ Holgué grandemente de ver la grandeza, fertilidad y abundancia de Milán que esto creo que pocas ciudades se le igualan en Europa, aunque la mucha humidad que tiene , o por aquellos cuatro ríos hechos a mano por donde le entra tanta abundancia de provisión o por ser el sitio naturalmente húmido, yo me hallé siempre con grandísimos dolores de cabeza…
Pero el clima ha cambiado mucho desde entonces, afortunadamente…
La posibilidad de apreciar el ambiente de los canales, partiendo de la Dársena con los barcos de excursión, es una experiencia muy agradable. En el caso del Naviglio Pavese se pueden alcanzar las pintorescas esclusas puestas al cabo de la Alzaia o camino de sirga de este canal. Durante el recorrido nos acompañarán familias de ánades reales y a veces, sobre todo en otoño, gaviotas reidoras, más frecuentes en los ríos y lagos de Lombardía.