Memorias hispanas en Tierras de Viterbo (II)

Primera parte

En Bomarzo, localidad a unos 20 km. de Viterbo, que a su vez acoge un valioso patrimonio histórico, con vestigios etruscos, romanos, medievales y renacentistas, se ha preservado un originalísimo conjunto arquitectónico dispuesto a lo largo de un anfiteatro natural de 3 hectáreas: se trata del Parque de los Monstruos, un extraño recorrido entre gigantescas estatuas y esculturas en un tipo de basalto localmente llamado “peperino”, erigidas por mando del príncipe Vicino Orsini (1523-1585), condotiero al servicio del Ejército Pontificio. Durante la guerra en Francia, donde las milicias papales actuaban como aliadas del ejército galo, Orsini  fue apresado en febrero 1553 por las tropas imperiales hispano-alemanas y llevado cautivo a Flandes, de donde fue rescatado en 1555.  En 1556 volvió  a Italia, donde tuvo que enfrentarse nuevamente a  las tropas españolas del Duque de Alba que desde el Virreinato de Nápoles amenazaban el Territorio Pontificio.

Vicino fue hombre empapado de cultura clásica y  su afición al arte, la mitología, las alegorías y los símbolos esotéricos le empujaron a realizar en lo concreto, ya  desde 1552, su macrocosmo ideal, trasladándolo en un vasto jardín de imágenes de piedra ; el proyecto fue llevado a cabo por el afamado arquitecto y pintor Pirro Ligorio(1513-1583), autor de la Villa d’Este de Tivoli y de parte de la  Basílica romana de San Pietro.

Vicino quiso dedicar el parque, que apodó “Il Boschetto”, a su querida mujer, Giulia Farnese,  quien se había dirigido con reiteradas peticiones al Papa para que tratara el rescate del marido del cautiverio en Flandes. Giulia murió en 1560  y las obras del extraño jardín terminaron en 1580. Sólo la capilla neoclásica fue realizada por encargo de los herederos en el siglo XVII.

Boschetto” destacan, entre otras, esculturas como las Esfinges, el enorme Mascarón de Glauco, con su amenazante boca abierta de par en par, las colosales estatuas de Hércules y Caco luchando, el Grupo de la Tortuga y la Ballena, la Fuente de Pegaso y la inquietante Casa Inclinada.

Bomarzo conserva el recuerdo de Salvador Dalí, que pasó por la comarca en 1938; se debe posiblemente al afamado pintor español la redescubierta del valor artístico e histórico del conjunto, que había sido olvidado y abandonado a partir del siglo XIX. Dalí se inspiró en las esculturas del “Boschetto” para su obra “Las tentaciones de San Antonio” y quiso además realizar un breve documental para divulgar los singulares escenarios realizados por la fantasía de Orsini y la capacidad creativa de Pirro Ligorio.

A su vez el escritor y periodista argentino Manuel Mujica Lainez  (Buenos Aires, 1910 – Córdoba, Argentina, 1984), autor sobre todo de narrativa dedicada a tierras argentinas, añadió nuevos escenarios a su quehacer literario después de visitar el Parque de los Monstruos: con  la novela histórica “Bomarzo”(1962), considerada por muchos críticos su obra cumbre, penetra el espíritu del Renacimiento italiano con sus luces y sombras. En el texto, el difunto y jorobado Vicino Orsini, quien actúa como “ego narrante”, conduce el lector a través de unos acontecimientos entre los más importantes de su época, tales como la coronación del emperador Carlos V , la batalla de Lepanto, así como la corrupción, las conjuras y los asesinatos que marcaron entonces la vida de nobles y pontífices. Mujica Lainez quiso rehacer ese texto, adaptándolo en forma de libreto para una ópera con música del composidor bonairense Alberto Ginastera(1916 –  1983). Sin embargo, debido a la censura de la dictadura militar argentina, esta ópera sólo pudo estrenarse  en Washington en 1967.

Entre las demás obras literarias de Mujica Lainez cabe recordar “Don Galaz de Buenos Aires”(1938), “Estampas de Buenos Aires”(1946), «El Unicornio» (1965), “Sergio”(1976),»el gran teatro»(1979) y “El escarabajo de Nefertari”(1982).

Debido a sus largas estancias estudiantiles en Francia e Inglaterra, este escritor y periodista fue también traductor de unos textos de Moliére, Racine, Shakespeare y Pierre Marivaux.

… a seguir


Nando Pozzoni