Iniciamos esta pequeña conversación sobre la Caligrafía, con el fin de difundir este arte, bastante desconocido, que amo y practico desde hace tiempo.
Prefiero no entrar de inmediato en lo específico, encontraremos el tiempo de profundizar. Tengo reservadas para ustedes noticias interesantes y contribuciones de personas que practican y enseñan la Caligrafía a nivel internacional.
Hoy quiero únicamente presentarme, explicar el camino profesional que me ha llevado a transformar la caligrafía en mi arte, en mi huella personal.
Desde niña me gustaba dibujar, y durante la guerra, cuando estuve viviendo con mis abuelos en Vaciago (lago de Orta), tuve la suerte de conocer al pintor Antonio Calderaia, del que recibí mis primeras clases de pintura al óleo. Él dijo a mis padres que yo tenía talento y que debía seguir pintando y dibujando; así que si no dibujaba bastante, ¡mis padres no me dejaban ir a bañarme en el lago con mis amigos! Desde entonces, seguí el camino del arte. Al finalizar la guerra, regresamos a Milán. Mi madre no me permitió ingresar en el Liceo Artístico de Brera, por considerarlo un lugar demasiado peligroso para una jovencita de 15 años, por lo que estudié en el colegio de las monjas Ursulinas, que tenía poco que ofrecer en el ámbito artístico. Como no era rebelde, fui condenada a enseñar actividades artísticas, cosa que no me gustaba para nada. Después de dos años, habiendo conseguido suficiente dinero y aconsejada por Giovanni Pintori (el famoso artista gráfico de la Olivetti), logré ser admitida en una excelente escuela de Diseño en Londres, donde durante dos años estudié Diseño Gráfico y Pintura, obteniendo el Diploma final. Siempre me arrepentiré de no haber trabajado y seguido el curso de pintura con Cecil Collins, un profesor maravilloso que cambió el curso de mi vida, enseñándome que no se debe copiar la realidad, sino representar lo que uno siente interiormente.
Regresé a Milan con una gran crisis: ¿debía dedicarme completamente al Arte o trabajar como artista gráfica? Visité a Casorati en Turin, que me aconsejó dedicarme al Arte; pero no tuve el valor de hacerlo y emprendí una larga carrera gráfica que duró 35 años. Durante ese periodo, regresé a Inglaterra todos los veranos para continuar con las clases de Arte. Estas me ayudaron a mantener vivos mis profundos deseos y mis necesidades, hasta el momento en que sentí el deseo de compartir y comunicar el método no académico experimentado en Londres para expresar los anhelos artísticos personales.
Decidí abrir un centro que absorbió toda mi energía durante 4 años, al cabo de los cuales me concentré completamente en el Arte.
Desde ese momento, he trabajado experimentando varias técnicas entre las que, finalmente, encontré la Caligrafía, que cambió completamente mi estilo, conectándome con mi trabajo anterior y permitiendo que me expresara de una manera original.
Aquí me gustaría presentarles otro aspecto de la Caligrafía conocido como Caligrafía expresiva y que consiste en sacar la inspiración de un texto; yo elijo un texto de un escritor o poeta, este me sugiere imágenes y colores y después intento expresar su atmósfera y su sentido con mis caligrafías.
A menudo elijo un texto en español idioma que estudio desde hace años; una frase corta puede ser suficiente para darme el impulso de pintar, dibujar, hacer grabados o emplear técnicas mixtas. Me gusta experimentar con diferentes superficies: papel, lienzo o madera, usando muchos medios como pinceles, pluminas especiales, bambúes, rotuladores y tiralíneas de formas diferentes. Puedo usar tintas de diferentes calidades, guaches, acuarelas y otros. También he intentado hacer grabados usando herramientas sobre planchas de metal. Desde que estudié caligrafía, mi forma de expresarme en el Arte ha cambiado completamente y creo que mi trabajo se ha vuelto mucho más personal.
Tengo una página web que se puede visitar si se desea conocer mi quehacer artístico: www.simonettaferrante.it