Vacaciones con los niños en Valencia

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Muchos padres opinan que tener hijos pequeños es un obstáculo para viajar. Nosotros pensamos que viajar con los niños es una experiencia única, muy importante para su educación, que les enseña otras culturas, otras maneras de vivir y les ofrece la posibilidad de probar otro tipo de comidas y conocer diversos idiomas. Todo eso, les da una nueva visión del mundo.

Este fue el espíritu que nos motivó a elegir como destino de nuestras vacaciones Valencia. Buscábamos una ciudad española en la costa que, a parte de la playa, pudiera ofrecer a nuestras peques atracciones culturales y lúdicas.

Hemos alquilado un piso durante dos semanas en un barrio típicamente valenciano, lejos de las zonas turísticas, para poder disfrutar de la verdadera vida de los españoles de cada día. Empezábamos las mañanas con el desayuno en uno de los bares en la esquina de nuestra casa donde los parroquianos venían a tomar un café, hablar de política, toros o jugar a las tragaperras. Era un lugar efervescente, agitado y variopinto, en fin, la auténtica España.

Después del rico desayuno tomábamos un tranvía para ir a la playa Malvarrosa. Es una playa urbana, muy amplia, de arena fina, limpia, flanqueada por el paseo marítimo y dotada de numerosos servicios, incluidos los juegos infantiles. Había la posibilidad de alquilar las sombrillas y tumbonas. Una playa ideal para los niños donde pueden jugar en plena seguridad. En el paseo marítimo había varios restaurantes y bares, típicamente turísticos donde los camareros invitaban en inglés a comer la paella a cualquier hora del día…

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Sin embargo, mi marido y yo, llevados por nuestro instinto de “descubridores” buscábamos los bares y los restaurantes en las callejuelas detrás de la playa donde pudimos apreciar la verdadera, deliciosa comida española. Uno de los lugares que hemos descubierto y donde hemos vuelto varias veces es la Lonja del Pescado. Según nosotros es un restaurante excepcional que ofrece el mejor y el más fresco pescado de toda Valencia. Nos hemos chupado los dedos comiendo calamares a la romana, boquerones fritos, bacalao a la valenciana, dorada a la plancha y sobre todo la paella. En fin, el restaurante ofrece un gran abanico de pescado fresquísimo a buen precio. Un lugar amplio, con un toque marítimo, sobrio en su decoración. Hay que subrayar que los camareros, los cocineros y los jefes son muy simpáticos, disponibles y atentos a las necesidades de los grandes y los pequeños clientes.

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Sacios y muy satisfechos de la comida a medio día echábamos una siesta en nuestro piso. Por las tardes íbamos al descubrimiento y la exploración de la ciudad. Callejeábamos por el casco viejo, entrábamos en las iglesias, museos, librerías, nos parábamos en las plazas para tomar una horchata y de noche buscábamos los bares típicos para tapear. Después de tres días mi hija de 5 años comenzó a ordenar sola las croquetas de bacalao, patatas bravas y el pincho de tortilla.

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Pero Valencia no es sólo playa y comida. Esta maravillosa ciudad ofrece muchas actividades culturales y lúdicas para los niños y los adultos.
En la segunda semana de nuestras vacaciones visitamos el Oceanográfic. Es el mayor acuario de Europa y el más moderno. Allí los niños y los adultos tienen la oportunidad única de emprender un viaje submarino por los lejanos mares del Ártico, Antártico, Mar Rojo, Islas Tropicales y Mediterráneo. Los niños pueden conocer de cerca a los delfines y los leones marinos, dormir con los tiburones o descubrir cómo se alimenta a los pingüinos. A lo largo del día había muchos talleres didácticos pensados para toda la familia.

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Visto el maravilloso mundo submarino nos lanzamos al mágico mundo de Bioparc. Es un parque zoológico de nueva generación que ha sido creado basándose en el concepto de zoo-inmersión, sumergiendo al visitante totalmente en los hábitats salvajes. Los animales, la vegetación y el paisaje forman un conjunto que invita a los turistas a descubrir la complejidad de los ecosistemas naturales. La particularidad del parque es el hecho de que las barreras quedan ocultas dando sensación de continuidad entre el recinto en el que viven los animales y el espacio que ocupa el público. Recorriendo el parque uno tiene la sensación de estar en África.

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Siguiente atracción para toda la familia es, indudablemente, la Ciudad de las Artes y las Ciencias, un lugar especial donde está prohibido no tocar, no sentir y no pensar. Sobre todo, el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe ofrece muchas actividades didácticas y interactivas para los niños relacionadas con la evolución de la vida, la ciencia y la tecnología. Mis hijas observaban con las bocas abiertas una macroincubadora donde cada diez minutos aproximadamente divertidos pollitos salían, literalmente, del cascarón. L’ Espai dels Xiquets es una zona mágica dedicada exclusivamente a niños de entre cuatro y siete años, en la que juegan y experimentan sobre los sentidos, el agua y los animales e incluso construyen una casa con ladrillos utilizando grúas, carros y aparatos de transporte de juguete.

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Después de la emocionante vista del museo los niños y los padres pueden descansar y ver los dibujos animados El Principito y las Tortugas en el cine Hemisferic.  Es la sala más grande de España que alberga tres sistemas de proyección en una pantalla cóncava de 900 metros cuadrados.
Valencia cuenta también con los amplios parques y jardines donde se puede hacer un pic-nic en familia, hacer footing o descansar debajo de la sombra de los árboles. Merece la pena mencionar los Jardines del Turia, un parque creado en el viejo cauce que cruza la ciudad desde el puerto, prácticamente desde la Ciudad de las Artes y las Ciencias hasta el Bioparc. Es un parque largo 9 kilómetros y dispone de juegos infantiles, campos de fútbol, pistas para bicicletas, carri-bici, estanques, fuentes etc.

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Dentro del parque cabría destacar el parque infantil de Gulliver, donde los niños tienen la oportunidad de convertirse en liliputienses trepando por el gigante Gulliver, convertido en un enorme parque con toboganes por todos los lados.

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Merece la pena mencionar que no sólo los jardines de Turia cuentan con pistas para bicicletas sino mucha parte de la ciudad está dotada de carril bici. En el casco viejo hay varios lugares donde se pueden alquilar bicicletas para adultos y para niños. Aunque los medios de transporte (metro, tranvía, autobús) son modernos y funcionan muy bien os aconsejo la bici. De esta manera podéis disfrutar mejor de la ciudad y descubrir los lugares que se os podrían escapar.
Los que tienen niños muy pequeños siempre pueden conocer Valencia en el Bus Turístic a través de dos rutas. La primera es la ruta histórica, donde podréis admirar los edificios históricos, monumentos, las plazas del casco viejo y la parte moderna de la ciudad. La segunda ruta, llamada marítima recorre las playas, el puerto, la Marina Real Juan Carlos I y la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

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Haber vuelto a casa sanos y salvos,(aparte de la muñeca y el brazo roto de mi hija menor) muy satisfechos de las vacaciones, os aseguro que viajar con niños supone toda una aventura. Los viajes al extranjero dejan recuerdos inolvidables y representan una fuente inagotable de emociones y de conocimiento.

Ilona y Luca papás de Laura (5 años) y Sofia (2 años)

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